CRÍTICA TEATRAL: "¡Arrea! El Musical" [Teatro Sanpol]
Argumento:
Ester, una joven muy preparada académicamente, acude a su primera entrevista de trabajo en una de las empresas más agresivas del país. Al ser contratada, entrará en un mundo competitivo y muy jerarquizado donde todo está perfectamente establecido.
El sistema es perfecto, hasta que un inesperado accidente hará que Ester tenga oportunidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos de manera drástica.
Un musical muy gamberro. Una crítica aplastante
De pequeña, era una espectadora fiel del Teatro Sanpol. Recuerdo que mis padres me llevaban asiduamente a ver los distintos montajes que allí se ofrecían. Muy probablemente gracias a la existencia de este teatro soy hoy una apasionada de este arte y el blog comparte al 50% está temática junto con la literatura. Entre las paredes de su sala, disfruté infinidad de veces y, al final de todas y cada una de sus obras, me marchaba a casa con un KitKat, que entregaban a todos los niños los trabajadores de la sala. Por ese motivo, antes de comenzar con la crítica como tal, me gustaría alabar y reivindicar la gran labor que hace esta sala teatral al inculcar el gusto por el teatro a los más pequeños.
Hace unos días entré por pura casualidad en la web del teatro y me puse a curiosear su programa para ver qué tenían preparado para los niños en los próximos meses y... ¡me topé con una función solo para adultos! ¡Y además era un musical! Así que ni corta ni perezosa allí que me planté el día del estreno*. Hacía tanto tiempo que no iba por allí...
Llegué con bastante antelación y pude ver cómo la sala se iba llenando de gente joven y animada. Algunos de los espectadores llevaban puestas camisetas en las que se podía leer "Mamá Ladilla", el nombre del grupo que tocaba en directo y que, en esos momentos, yo desconocía por completo.
Justo antes de empezar, una voz nos recuerda que debemos apagar los teléfonos móviles para que el sistema de sonido funcione perfectamente y nos explica que, de no hacerlo, hay dos francotiradores apuntando a nuestras cabezas. Este anuncio preludia el tono que va a tener el musical, por no hablar de que se vuelve tremendamente efectivo: durante la función no se oyó ni un solo sonido de móvil (lo cual es toda una hazaña).
Arrea, el musical arranca con una canción que pasa de decir "Arrea, hijos de perra" a "Arrea, hijos de puta", lo que te puede dar una idea del lenguaje que te vas a encontrar en la inmensa mayoría de las canciones: gamberro y explícito. El estilo musical de las canciones es punk-rock (y lo que yo llamaría muy chunda-chunda), pero hay giros maravillosos en las canciones (que me recordaron a algunos de las canciones de Green Day) y unos solos de guitarra fantásticos. Por no hablar del batería... Abel del Fresno es un verdadero máquina y, durante 10 minutos repiquetea sus baquetas por todo el escenario (batería, suelo, escaleras, mobiliario...) arrancando diferentes ritmos del espacio teatral e involucra al público para que participe dando palmas. Fue la mejor escena de la obra. Por su parte, Juan Abarca (compositor, voz y guitarra), es un excelente maestro de ceremonias y se mete rápidamente al público en el bolsillo. Sergio González (bajo) interactúa en ciertos momentos con los actores, dando vida a un personaje totalmente opuesto a lo que uno podría imaginarse al verle en el escenario.
Los niveles de sonido sin embargo no me terminaron de convencer. Por un lado me resultaron demasiado altos para la sala en la que nos encontrábamos y, por otro, el sonido de los instrumentos tapaba la voz del cantante y muchas veces la letra no se entendía con tanto ruido. Una pena porque algunas canciones no tenían desperdicio.
En cuanto a la parte más teatral, Arrea, el musical nos habla de cómo Ester (Lourdes Martínez), una joven muy preparada académicamente, entra a trabajar en una de las empresas más agresivas del país y se convierte en testigo de cómo la práctica y la teoría no tienen nada que ver. Su jefe, Don Pepe (Diego Pizarro), le ofrece un trabajo como becaria, con un sueldo precario y le hace partícipe de los distintos chanchullos político-empresariales en los que él está involucrado.
Durante la obra también aparecen temas como el machismo, las tarjetas black, la censura en los medios (cortes en la emisión) y el tema que está más de actualidad ahora mismo: Cataluña.
Arrea, el musical es una dura crítica a cierto sector del mundo empresarial y a las políticas y discursos que ha llevado a cabo el Gobierno en los últimos años. Esta crítica se nos ofrece a los espectadores en la forma de canciones, vídeos de diferentes informativos ficticios que se proyectan durante la obra (una elección muy original, por cierto), el texto de la obra en sí y la caracterización de personajes. Respecto a esto último, me gustaría destacar la caracterización del empresario que solo vela por sus propios intereses y el del trabajador pisoteado y ninguneado al que da vida Erik Gatby: una buena persona que para sobrevivir renuncia a sus principios y actúa tal y como quiere su jefe.
El mensaje de la obra está claro y, con un tono duro y algo irreverente, nos habla de algo que está sucediendo en España con lo que mucha gente no está de acuerdo: la corrupción política y empresarial. Sin embargo, todas las partes que componen el todo de la obra quedan deslavazadas y, más que sensación de unidad, lo que queda es un montaje lleno de altibajos con momentos brillantes y momentos algo insulsos.
Eso sí, tanto el grupo como el elenco palian esta desventaja con su entusiasmo y su entrega, tratando de provocar la empatía del público y hacerle pasar un rato divertido. Si a eso le sumas que gran parte del público que puede acudir a ver esta obra parecen ser fans incondicionales de "Mamá ladilla", el público estará entregado y el ambiente será de lo más propicio.
Precisamente una de las cosas que más me sorprendieron fue el fervor de los espectadores. Se sabían las canciones de memoria y, cuando pidieron un bis al final de la obra, muchos se arrancaron a bailar mientras los créditos de la obra se proyectaban sobre el fondo del escenario.
En definitiva, Arrea, el musical es un espectáculo gamberro y crítico, con gran presencia de lo audiovisual, que va dirigido a un público muy concreto: hará las delicias de los fans del grupo "Mamá ladilla" y te gustará si te va la música punk-rock o si coincides con la línea de pensamiento de la obra. Eso sí, a la salida no hay KitKat; recuerda que es un espectáculo para adultos (esto de crecer tiene sus desventajas).
* Con esto me refiero al primer día que estaba en cartelera la función esta temporada,
ya que en 2016 también incluyeron esta obra ne la programación del Sanpol.
Trailer de la obra:
Valoración:
¿Dónde y cuándo se representa Arrea, el musical?
Esta función se representa actualmente en el Teatro Sanpol de Madrid todos los sábados de octubre a las 22h.
Un espectáculo para adultos. [Entrada permitida a menores bajo la responsabilidad de sus padres].
Un espectáculo para adultos. [Entrada permitida a menores bajo la responsabilidad de sus padres].
Gracias por la info.
ResponderEliminarHola, Yennely:
EliminarA ti por pasarte una vez más por este rinconcito.
Un saludo imaginativo...
Patt
Contras, pues a ver si puedo ir este sábado, que me ha gustado lo que comentas
ResponderEliminarBesos
Hola, Mientras Leo:
Eliminar¡Estupendo! Ya me contarás qué te parece :)
Un saludo imaginativo...
Patt
Vaya, no tenía ni idea de que eras aficionada al teatro desde pequeña...ahora ya entiendo de donde viene tu afición :O
ResponderEliminar"de no hacerlo, hay dos francotiradores apuntando a nuestras cabezas." Jajajajaja. Aún así, me ha sorprendido, ¿de verdad es habitual que en los espectáculos suene el móvil? :O
En cuanto al espectáculo en general...no me llama, la verdad, como sabes, no soy muy de musicales.
Un saludo,
Laura.
Hola, Laura:
EliminarAy, es que el gusto por el teatro (y por la literatura) me vienen de largo... ¿Ahora entiendes por qué el blog está dedicado a estos dos artes y no al cine? ;)
"¿de verdad es habitual que en los espectáculos suene el móvil?" No te haces una idea. Y es taaaaan molesto...
¡Gracias por comentar una vez más!
Un saludo imaginativo...
Patt