CRÍTICA TEATRAL: "Solitudes" [Kulunka Teatro]
Argumento:
El protagonista de Solitudes se siente incomprendido porque, como casi todos los ancianos para los que su vida es prácticamente una espera, ya sólo desea cosas sencillas. Cosas tan simples, que los demás no llegan a valorar su verdadera importancia. Lo extraordinario de esta historia es que el anciano –contra lo que podría esperarse de alguien con una vida ya casi sin alicientes– no se resigna, no renuncia a sus pequeños deseos y pelea por ellos con determinación y dignidad. Esto, claro, tendrá sus consecuencias para él mismo y para quienes rodean.
Un viaje por universos cotidianos que, combinando la gravedad con la sonrisa, conmueve, sorprende e invita a la reflexión.
Una nueva joya de mano de Kulunka Teatro
Hace un par de semanas te hablé de André y Dorine, un montaje de la compañía Kulunka Teatro que tenía muchísimas ganas de ver y, que una vez visto, te recomendé encarecidamente. Justo cuando terminó esta obra en el Teatro Fernán Gómez, venía programada Solitudes, otro montaje de la misma compañía que sigue la línea de André y Dorine: teatro de máscaras sin palabras.
En este caso nos encontramos con una pareja de ancianos que viven los días rutinariamente, chinchándose el uno al otro con sus manías. El momento del día que ambos esperan con ansia es la partida de cartas que, como un clavo, empieza siempre a la misma hora. Ambos juegan con un espíritu competitvo (y una puesta en escena de lo más divertida con slow motion incluido), disfrutando de sus victorias y rumiando sus derrotas. Al final de la partida, uno de ellos se erige ganador y se autoadjudica una copa de trofeo grande mientras da una pequeñita al perdedor.
Esta rutina aparentemente tediosa acaba un día cualquiera. El hijo del matrimonio, acompañado a su vez por su hija (la nieta), intenta hacerle su nueva rutina lo más llevadera posible a su padre, limpiando, recogiendo y dejándole lista la comida. Sin embargo, se olvida de lo más importante: la partida de cartas.
Según el diccionario de la RAE, "solitud" significa carencia de compañía y es precisamente de eso de lo que nos habla Solitudes: de cómo nos sentimos solos y cómo en ocasiones una rutina de lo más simple o la compañía de la persona más inesperada puede marcar la diferencia y alegrarnos el día. Nuestro protagonista es un anciano viudo y gracias a este montaje podrás adentrarte en una perspectiva un tanto olvidada en las narraciones en general: los ancianos. Pero no solo veremos cómo él se siente solo. En esta obra de Kulunka Teatro aparecen otros muchos personajes que vienen a contarnos un pedacito de su historia: el padre que no sabe qué hacer con su hija adolescente, la hija que no quiere estar con su abuelo porque es un rollo y prefiere hablar por el móvil, la muchacha inocente que termina ejerciendo la prostitución, la desesperación de un vagabundo drogadicto que busca desesperadamente dinero en el bolsillo ajeno...
Solitudes nos habla de nuestras necesidades como animales sociales, de la pérdida, de las malas decisiones, de nuestras prioridades... de la vida misma. Y, de nuevo, los tres actores que dan vida a todos los personajes nos emocionan profundamente sin decir una sola palabra.
José Dault, Garbiñe Insausti y Edu Cárcamo nos deleitan con su trabajo delicado y ejemplar. Su expresividad es una auténtica maravilla. Mientras que todo parece muy tranquilo en escena, entre bambalinas debe de ser un auténtico ajetreo debido a la cantidad de cambios de vestuario que hay en la obra. La agilidad de los actores respecto a este tema es alucinante. Mis más sinceras enhorabuenas.
No me gustaría terminar esta crítica sin resaltar algunos puntos concretos:
En Solitudes, de nuevo, Kulunka Teatro sabe tratar determinados temas con una elegancia para quitarse el sombrero; incluye escenas desternillantes (como los problemas que una mujer puede tener para mantener el equilibrio subida a unos tacones); la compañía sabe construir una carga emocional de una forma tan sólida que explote con un simple golpe en la mesa; el montaje vuelve a recurrir al uso de objetos cargados de significado metafórico; y la música vuelve a ser importantísima, como buen lenguaje universal.
De esta manera, no es de extrañar que el público se levante de sus butacas durante los aplausos, que duran bastante más de lo habitual. Solitudes es otra pequeña joya que Kulunka Teatro ha sabido pulir y, dado que al igual que André y Dorine juega con la ventaja del silencio, espero que pueda llegar a tantos o más rincones del mundo. Porque lo merecen. Y tú, mi querido/a lector/a, no te la puedes perder.
En este caso nos encontramos con una pareja de ancianos que viven los días rutinariamente, chinchándose el uno al otro con sus manías. El momento del día que ambos esperan con ansia es la partida de cartas que, como un clavo, empieza siempre a la misma hora. Ambos juegan con un espíritu competitvo (y una puesta en escena de lo más divertida con slow motion incluido), disfrutando de sus victorias y rumiando sus derrotas. Al final de la partida, uno de ellos se erige ganador y se autoadjudica una copa de trofeo grande mientras da una pequeñita al perdedor.
Esta rutina aparentemente tediosa acaba un día cualquiera. El hijo del matrimonio, acompañado a su vez por su hija (la nieta), intenta hacerle su nueva rutina lo más llevadera posible a su padre, limpiando, recogiendo y dejándole lista la comida. Sin embargo, se olvida de lo más importante: la partida de cartas.
Según el diccionario de la RAE, "solitud" significa carencia de compañía y es precisamente de eso de lo que nos habla Solitudes: de cómo nos sentimos solos y cómo en ocasiones una rutina de lo más simple o la compañía de la persona más inesperada puede marcar la diferencia y alegrarnos el día. Nuestro protagonista es un anciano viudo y gracias a este montaje podrás adentrarte en una perspectiva un tanto olvidada en las narraciones en general: los ancianos. Pero no solo veremos cómo él se siente solo. En esta obra de Kulunka Teatro aparecen otros muchos personajes que vienen a contarnos un pedacito de su historia: el padre que no sabe qué hacer con su hija adolescente, la hija que no quiere estar con su abuelo porque es un rollo y prefiere hablar por el móvil, la muchacha inocente que termina ejerciendo la prostitución, la desesperación de un vagabundo drogadicto que busca desesperadamente dinero en el bolsillo ajeno...
Solitudes nos habla de nuestras necesidades como animales sociales, de la pérdida, de las malas decisiones, de nuestras prioridades... de la vida misma. Y, de nuevo, los tres actores que dan vida a todos los personajes nos emocionan profundamente sin decir una sola palabra.
José Dault, Garbiñe Insausti y Edu Cárcamo nos deleitan con su trabajo delicado y ejemplar. Su expresividad es una auténtica maravilla. Mientras que todo parece muy tranquilo en escena, entre bambalinas debe de ser un auténtico ajetreo debido a la cantidad de cambios de vestuario que hay en la obra. La agilidad de los actores respecto a este tema es alucinante. Mis más sinceras enhorabuenas.
No me gustaría terminar esta crítica sin resaltar algunos puntos concretos:
En Solitudes, de nuevo, Kulunka Teatro sabe tratar determinados temas con una elegancia para quitarse el sombrero; incluye escenas desternillantes (como los problemas que una mujer puede tener para mantener el equilibrio subida a unos tacones); la compañía sabe construir una carga emocional de una forma tan sólida que explote con un simple golpe en la mesa; el montaje vuelve a recurrir al uso de objetos cargados de significado metafórico; y la música vuelve a ser importantísima, como buen lenguaje universal.
De esta manera, no es de extrañar que el público se levante de sus butacas durante los aplausos, que duran bastante más de lo habitual. Solitudes es otra pequeña joya que Kulunka Teatro ha sabido pulir y, dado que al igual que André y Dorine juega con la ventaja del silencio, espero que pueda llegar a tantos o más rincones del mundo. Porque lo merecen. Y tú, mi querido/a lector/a, no te la puedes perder.
Pincha en la imagen para ver el teaser de la obra:
Valoración:
¿Dónde y cuándo se representa Solitudes?
Esta función se representa actualmente en el Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el 29 de octubre en los siguientes horarios:
- Martes a sábado - 20:00 h.
- Domingos y festivos - 19:00 h.
Hola! No había oído hablar de la obra pero la verdad es que tiene una pinta estupenda, lastima no poder ir a verla.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, Beatriz:
Eliminar¡Es estupenda! Estate atenta por si hacen gira por tu ciudad ;) ¡Muchas gracias por comentar!
Un saludo imaginativo...
Patt
Pues a mi me decepcionó bastante, está claro que han robado de Familie Ploz, del gran Dimitri y del circo frances adulto, que han ensayado mucho y que saben conseguir bravos en las glorias pero me pareció repetitiva, sensiblera (por favor , de verdad suena un pianito para dar pena, que original)Con todos mis respetos estos actores sin mascaras ni efectos sonoros se quedan en nada, la historia floja floja y de la musica mejor no hablo
EliminarHola, Jaime:
EliminarBueno, ten en cuenta que es un teatro mudo y con máscaras (no se ve la gestualidad en la cara de los actores). Se tienen que valer de otras opciones para que el público entienda la historia y se emocione. A mí me gustó un pelín más "André y Dorine" que esta, pero casi, casi igual. Está claro que para gustos, los colores. ¡Gracias de todas maneras por dedicarme un ratito de tu tiempo a leerme y expresar tu opinión!
Un saludo imaginativo...
Patt
Hola, me parece muy interesante el tema que trata
ResponderEliminarHola, Yennely:
EliminarLo es y, además, el trabajo actoral es maravilloso. ¡Gracias por tu comentario!
Un saludo imaginativo...
Patt
Uff, no sabría decirte, creo que no termino de verlo.
ResponderEliminarBesos
Hola de nuevo, Mientras Leo:
Eliminar¿Y eso? ¿Qué es lo que no termina de convencerte?
Un saludo imaginativo...
Patt
Mira que como ya te comenté las máscaras esas me daban algo de yuyu y que soy muy fan del texto en las obras de teatro, pero vamos, que esta vez me has convencido completamente.
ResponderEliminarPara empezar, porque es muy cotidiana y cercana. Además, trata el tema de los mayores, una parte de la sociedad que está muy dejado de lado. Y por último, porque la trama parece conmovedora y capaz de hacerte sentir...¡sin palabras! Genial.
Si viviera en Madrid, me hubieras convencido de ir ;)
Un saludo de,
una Laura convencida.
Hola, Laura:
EliminarPero, pero, pero... ¡¡¡qué alegría!!! Es que, no te lo puedes ni imaginar. ¡Ay! Espero que puedas verla en algún momento. Seguro que te gustaría. ¡Gracias por tu sorprendente comentario!
Un saludo imaginativo...
Patt
Enhorabuena por tu crítica certera y adecuada. No he visto la obra aún pero mi esposa sí y he incorporado a nuestro blog VADE TEATRO la reseña intentando transmitir la gran admiración que sintió por el trabajo de la compañia Kulunka Teatro y lo que es capaz de conseguir con su teatro de máscaras.
ResponderEliminar¡Hola!
EliminarBienvenido a Devoim. Me alegro de que te haya gustado la crítica y de que tu esposa esté de acuerdo conmigo. ¡Es que Kulunka ha creado un montaje maravilloso! Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo imaginativo...
Patt